La terminal es un lugar bonito: todo es más rápido y conciso, puedes hacer más en un comando de lo que puedes hacer en una hora dando clicks, además, siempre te devuelve los libros que le prestas y no se queja si llegas repentinamente a su casa de visita; es casi perfecta. Así sin cambiar nada en cualquier sistema unixoso, ya sea una mac o linux o lo que sea que uses, puedes hacer mucho más de lo que creías que era posible con tan solo abrir una terminal y ponerte a regurgitar comandos.
Lamentablemente no todo es bonito en el mundo de las terminales, oh no. La terminal es una adicción. Empieza de manera inocente: solo la abres para copiar algunas cosas o listar directorios, tal vez un grep de vez en cuando; o, "yo no quería usarla pero me dijeron que arreglaría mis problemas". Todos tenemos historias como esa, todos empezamos así, pero lo inocente pronto va escalando y ya no entras solo por un `ls` o un `cp`, ahora estás entrando a tu servidor por `ssh`; dejaste el `grep` y ahora usas `ack`; empiezas a usar tu source control sin GUI. Va empeorando cada vez más: Empiezas a ponerte nervioso cada vez que tienes que salir de la terminal, notas como el mouse no es tu amigo como lo pensabas, le gritas sudo a las personas cuando no quieren pasarte la salsa. Oh, es un problema muy grande y cada vez quieres más y más. Una vez que llegas a este estado no queda más que dejarse llevar, pero cada vez tocas límites más oscuros del internet: empiezas a buscar aplicaciones, tips, one-liners y plugins. ¡ALGUIEN PIENSE EN LOS NIÑOS!
La terminal es un lugar bonito: todo es más rápido y conciso, puedes hacer más en un comando de lo que puedes hacer en una hora dando clicks, además, siempre te devuelve los libros que le prestas y no se queja si llegas repentinamente a su casa de visita; es casi perfecta. Así sin cambiar nada en cualquier sistema unixoso, ya sea una mac o linux o lo que sea que uses, puedes hacer mucho más de lo que creías que era posible con tan solo abrir una terminal y ponerte a regurgitar comandos.
Lamentablemente no todo es bonito en el mundo de las terminales, oh no. La terminal es una adicción. Empieza de manera inocente: solo la abres para copiar algunas cosas o listar directorios, tal vez un grep de vez en cuando; o, "yo no quería usarla pero me dijeron que arreglaría mis problemas". Todos tenemos historias como esa, todos empezamos así, pero lo inocente pronto va escalando y ya no entras solo por un `ls` o un `cp`, ahora estás entrando a tu servidor por `ssh`; dejaste el `grep` y ahora usas `ack`; empiezas a usar tu source control sin GUI. Va empeorando cada vez más: Empiezas a ponerte nervioso cada vez que tienes que salir de la terminal, notas como el mouse no es tu amigo como lo pensabas, le gritas sudo a las personas cuando no quieren pasarte la salsa. Oh, es un problema muy grande y cada vez quieres más y más. Una vez que llegas a este estado no queda más que dejarse llevar, pero cada vez tocas límites más oscuros del internet: empiezas a buscar aplicaciones, tips, one-liners y plugins. ¡ALGUIEN PIENSE EN LOS NIÑOS!